El Arte y la Meditación: Una danza creativa

Cuando un artista se enfrenta a un lienzo en blanco, a una hoja de papel o a una pieza de arcilla, está entrando en un viaje de autodescubrimiento. Pero para entender necesitamos un estado equilibrado de fluidez y silencio.
El proceso creativo puede ser una forma de meditación en acción. Cuando un artista se adentra en su obra, se concentra plenamente en la tarea, liberando la mente de preocupaciones y distracciones. En este estado de flujo creativo, la mente se aquieta, y el artista se sumerge en su creación. Lo artístico se convierte en un vehículo capaz de conducirnos a un estado de silencio y absorción.
Cada elección de color, cada línea trazada son una expresión de esta presencia. En lugar de preocuparse por el resultado final, el artista es tomado por el proceso, disfrutando de la experiencia y el acto mismo de crear. Igual que en la meditación, se libera del resultado y del juicio. Este estado en el taoísmo se conoce como “wu wey”: liberarnos del hacer para que ello se haga a través de mí. El escultor Brancusi ya nos decía que lo difícil, en el arte, no es hacer sino colocarse en el estado de hacer.
Por otro lado, para el que la contempla, la auténtica obra de arte, tiene el extraordinario poder de atrapar nuestra atención y dejarla en suspenso. Nos produce asombro, otras silencio y en ese mismo instante somos ajenos al desasosiego que caracteriza nuestra vigilia.
En Espacio Interior creemos en la danza creativa entre arte y meditación, y brindamos a las personas la oportunidad de explorar el silencio, la interioridad y la creatividad. En nuestros programas encontrarás propuestas en las que se alterna la práctica artística con la meditativa.
Invitamos a todos a unirse a nosotros en este viaje de quietud y creación.